miércoles, 31 de octubre de 2007

Videos Y Relatos Sobre Fantasmas...

Sigue jugando en un cementerio.. eso les pasa muahaha


VOLVERÉ POR TÍ, AMADA MÍA.-
¿Quién dice que todo lo relacionado con los hechos paranormales ha de ser necesariamente tétrico o dignos de ser tomado como algo escalofriante? ¿Es que los fantasmas han de andar siempre molestando a los mortales con sus lúgubres llantos y sus insidiosas formas de comportarse?

Con la historia que relatamos a continuación, descubriremos que eso no ha de ser siempre así y que en el hipotético Más Allá, también hay cabida para lo sutil y romántico.

“No sé si ésta les parecerá una historia rosa y nada sobrenatural, pero es real y me parece de lo más romántica, más allá de la muerte"

Los abuelos de mi novio murieron el año pasado. Llevaban más de cincuenta años de casados y a pesar del tiempo se veían muy enamorados. El abuelo padecía de diabetes y a principios del año 2000, su estado empeoró, por lo que debían amputarle una de sus extremidades.

Un día, en el hospital, le dijo a su esposa:

-Yo no quiero llegar al cielo en pedazos. Voy a pedirle a Dios que mejor me quite la vida. Pero no te preocupes; hoy vengo por ti lo más rápido posible.

Transcurridos dos días de esto, en un día de abril, el señor murió. A raíz de este acontecimiento, mi novio decidió mudarse a casa de su abuela para acompañarla en su soledad. La anciana, de 81 años, gozaba de muy buena salud, pero desde ese día su vida se concentró en esperar que su difunto esposo viniera por ella.

En una de las salas donde vivían, hay un sofá que era del abuelo. Él era el único que se sentaba allí; pero desde el día de su muerte, la abuela empezó a sentarse en él, argumentando que era el lugar favorito de su esposo y que por tanto, le sería más fácil encontrarla allí.

Un día de junio, exactamente ocho semanas después de la muerte de su esposo, mi novio salió como todos los días a trabajar. Cada vez que salía, y para evitar que su abuela quedara sola ni un solo momento, pedía a alguien que la cuidara. Y ese día le tocó el turno a una amiga de la familia.

La señora empezó a ayudar con la limpieza de la casa mientras, como todos los días, la abuela se sentaba silenciosa en el sofá de su marido. Se quedó dormida. Al llamarla por su nombre para despertarla, descubrió que la anciana había muerto. Lo había hecho sin un solo lamento, sin dolor, sin sentirlo.

Cuando el médico forense rellenó el acta de defunción, al poner la causa de la muerte, solamente escribió: “murió de soledad”. Esto está escrito en ese papel de valor legal.

Verdaderamente creo que su esposo regresó por ella como se lo prometió antes de morir. Creo que esta es una prueba de la seguridad que tienen algunos que la vida no se acaba sino simplemente se cambia de lugar.

Fantasma en Portugal.. mueren 3 jóvenes... (verídico 100%)


LOS OJOS PROFUNDOS DE UN FANTASMA.-
Hace tres años, fuí testigo de una experiencia que me ha marcado para siempre. Mi familia vive, en su mayor parte, en un pequeño pueblo cercano a la capital de España, uno de esos olvidados lugares donde, a pesar de la proximidad de la gran urbe, todavia se viven las viejas tradiciones, y las fiestas son algo mas que unos días de vacaciones, de tal forma que unen a los que viven en el pueblo con los que por esos dias se acercan al mismo, atraidos por lazos familiares y de amistad.

Uno de mis primos trabajaba en una empresa ubicada en la capital. En ella habia encontrado algo más que un empleo. A los pocos meses de comenzar su trabajo nos sorprendió con la noticia de que se habla enamorado de una compañera y pensaba casarse muy pronto con ella. Tal era su ilusión que no hacia otra cosa que hablar de ella, de su bondad, su belleza y de sus maravillosos ojos negros, tan oscuros como la profundidad del cielo nocturno.
Por ello, en aquellas fiestas, el aliciente de acudir al pueblo estaba potenciado por la alegria de conocer a la novia de mi primo y compartir con ellos unas horas de diversion.

Salimos temprano para el pueblo. Al llegar a casa de mi tia y tras saludarnos, todos comentaban con curiosidad que hoy vendría María, la novia de mi primo. Todo el mundo quería conocerla. No debía tardar mucho pues habian quedado temprano en el pueblo, y ella ya debía haber salido de Madrid.

A los pocos minutos de estar allí sonó el timbre de la puerta. Era María, acababa de llegar, y mi primo, ilusionado, comenz\ó a presentarsela a todo el mundo.

A partir de ese momento todo fue alegría, diversión y felicidad, pasamos uno de los mejores días de fiesta de nuestra vida María era mucho mas simpática, maravillosa y gentil de lo que mi primo nos habia anunciado. Estuvimos en todos los bares del pueblo, paseamos por la feria, nos hicimos fotografias y comimos y bebimos hasta hartarnos.

Transcurrido el día acompañamos a mi primo a despedir a su novia. Con desgana le dijimos adios y subimos en su coche para encaminarse a Madrid, despidiéndose de todos nosotros con un "hasta pronto".

No habían transcurrido ni veinte minutos desde que dejamos a María en su automovil, cuando en casa de mi tia sonó el teléfono. Era un familiar de María que quería hablar con mi primo. El rostro de este se desencajo al poco de ponerse al aparato. Solo repia: ¡es imposible!

Al ver su estado de incapacidad, tomé el teléfono y pregunté qué estaba ocurriendo. Me respondió el hermano mayor de María. Su hermana había muerto en accidente de tráfico.

¡Que pena!, dije yo, hace tan solo veinte minutos que ha estado con nosotros. El hermano de Maria enmudeció. -Debe estar equivocado-, me dijo, -María tuvo el accidente esta mañana, cuando viajaba hacia el pueblo-.

Aturdido por la noticia, y turbado por la incongruencia de los datos, callé y no comenté nada a nadie. Me fuí rápidamente al fotografo del pueblo y le pedi que enviase con urgencia el carrete de mi cámara a revelar, allí estaría plasmada la imagen de María, acabábamos de fotografiarnos.

Tres dias mas tarde vino a verme el fot\ógrafo. Noté gran nerviosismo en su semblante. Sacó el puñado de fotografias reveladas de un sobre, tomó unas cuantas de ellas y las puso sobre la mesa que habí ante mi.

Helado, paralizado por el terror, mis ojos se clavaron en aquellas fotografias..., en todas las que nos habiamos hecho con María aparecíamos todos nosotros, pero en el lugar donde debía estar ella, solo había un hueco..., un vacio..., la nada.

Desde entonces, cada vez que miro aquellas fotos, creo ver en esos huecos oscuros, el color negro profundo de los ojos de María.

Un auto fantasma.. que cosas!


LA CHICA DEL VESTIDO BLANCO.-
Mi madre me ha contado miles de veces esta historia, pero no sé si es cierta o se la ha inventado porque a mí me encantan estas cosas.

Cuenta la historia que un día ella y sus amigos estaban en la discoteca, antes de nacer mi hermano, yo y de conocer a mi padre. Ella vio a un amigo suyo que siempe solía estar solo y que era muy callado, peor aquella noche estaba acompañado por una chica con pelo rubio y largo y un vestido blanco por la rodilla. Estaban bailando, parecían divertirse. Mi madre estaba con su hermano (mi tío) y tuvieron que macharse porque ya llegaba la hora.

Pasados dos o tres días, quedaron toda la pandilla, incluído el amigo de mi madre, nunca me dijo su nombre porque dice no acordarse. Él estaba como siempre, silencioso y distante, pero sin más empezó a llorar. Mi madre le preguntó qué pasaba y él se lo contó todo.

Resulta que dos días atrás, o los que fueran, estaba en la discoteca, y esta chica se le acercó y le preguntó si quería bailar. Él se fijó en lo guapa que era, y aceptó. El amigo de mi madre la preguntó que a qué se dedicaba y ella contestó que no trabajaba, que estaba descansando. Ella no hablaba mucho, pero tenía una mirada muy expresiva aunque parecía estar perdida, unos preciosos ojos azules. Al acabar la fiesta el chico la cogió una mano y notó que la tenía muy muy fría. Ella le dijo que era así, pero aceptó la chaqueta del amigo de mi madre para irse a casa. Acabo de recordar el nombre de la chica, se llamaba María.

Al día siguiente el chico fue a buscar su chaqueta a casa de María, porque ella le dio la dirección. Abrió la madre de María, y el chico preguntó por ella. La madre le dijo que ya no estaba allí, y él la dijo que la noche anterior estubo bailando con ella y le dio esa dirección. La madre empezó a llorar y a decir que era imposible, que no podía ser y que María murió cuatro años atrás. El amigo de mi madre no se lo creía, entonces la madre de la supuestamente difunta Mía le llevó al cementerio que había cerca de su casa. Le condujo hasta la tumba y allí, encima de la lápida, estaba la chaqueta del amigo de mi madre. Él miró la foto y el nombre y se dio cuenta de que efectivamente era ella. La madre le contó que ya había vivido casos parecidos los años anteriores.

El detalle de la chaqueta fue para despedirse del amigo de mi madre, pero él se quedó destrozado. Se había enamorado de verdad, y se lo contó así a mi madre.

Este NO TE LO PUEDES PERDER..

1 comentario:

PrinCesa CaRameLo dijo...

esto no lo vi =( tenes una esposa miedosa, solo lo veo si me abrazas =)